La aparición del Covid-19 ha obligado a replantear las rutinas y tendencias hasta ahora imperantes en el mundo laboral. Recursos a priori circunstanciales como el teletrabajo o las videollamadas han aportado una serie de beneficios y facilidades que las empresas van a tratar de mantener una vez superada la pandemia.
En este sentido, el trabajo remoto ha permitido en muchos casos conciliar más fácilmente el trabajo con la vida privada sin perder productividad. Así lo demuestra el estudio realizado por McKinsey & Company, que concluye que más del 20% de la fuerza laboral podría realizarse de forma remota de tres a cinco días a la semana con la misma eficiencia.
De acuerdo con esta nueva tendencia, los expertos vaticinan que la jornada laboral clásica de lunes a viernes podría desaparecer como tal.
Así lo constatan en su último estudio Dust, Liu, Wang y Reina, un grupo de investigadores de la Universidad de Miami. El estudio pone de manifestó los bajos niveles de productividad en los horarios condensados. “El cuerpo humano no está hecho para mirar pantallas durante 10 horas seguidas”, concluyen.
Así, pues, la jornada laboral, que hasta ahora había sido rígida, se volatiliza con el teletrabajo ante la necesidad de flexibilizar unos horarios cada vez más irregulares.
Naturalmente, cada trabajador tiene necesidades, motivaciones, valores y situaciones familiares únicas. Es aquí donde cada empresa deberá de demostrar su capacidad para adaptarse a las necesidades de los empleados y conseguir unos mejores resultados.
De acuerdo con esta nueva tendencia, los expertos vaticinan que la jornada laboral clásica de lunes a viernes podría desaparecer como tal.
Así lo constatan en su último estudio Dust, Liu, Wang y Reina, un grupo de investigadores de la Universidad de Miami. El estudio pone de manifestó los bajos niveles de productividad en los horarios condensados. “El cuerpo humano no está hecho para mirar pantallas durante 10 horas seguidas”, concluyen.
Así, pues, la jornada laboral, que hasta ahora había sido rígida, se volatiliza con el teletrabajo ante la necesidad de flexibilizar unos horarios cada vez más irregulares.
Naturalmente, cada trabajador tiene necesidades, motivaciones, valores y situaciones familiares únicas. Es aquí donde cada empresa deberá de demostrar su capacidad para adaptarse a las necesidades de los empleados y conseguir unos mejores resultados.